Popularidad en Netflix
La serie de Netflix, Heartstopper, basada en el webcómic de Alice Oseman, ha fascinado a miles de espectadores. Reflexiona sobre valor del amor juvenil del colectivo LGTBI en un momento de autodescubrimiento. La productora See-Saw Films compró los derechos televisivos de la serie en 2019 y Netflix adquirió los derechos de distribución en 2021.
La serie británica de drama y romance adolescente se popularizó inmediatamente en la plataforma. Se estrenó el 22 de abril del 2022 y se ubicó entre las 10 series británicas más populares de Netflix en tan solo dos días. Pero ya existía en formato de webcómic y novela gráfica, creada por Alice Oseman. Gracias a la fama de la serie, también aumentó el número de seguidores de la banda sonora y de las novelas gráficas. Fue aclamada por la crítica, particularmente por su ritmo y estilo, pero también por su representación de la comunidad LGTBI. El 20 de mayo de 2022, se anunció su renovación por una segunda y tercera temporada.
Lo que diferencia a Heartstopper
Pero ¿Qué tiene esta historia de amor adolescente y de representación LGTBI que no tengan las demás? En primer lugar, no narra un relato de amor gay típico, ni deja la inocencia del amor juvenil en segundo plano. Permite conocer a los personajes, sus pensamientos y sus miedos. Te integras en el instituto y descubres o, en algunos casos, te hace recordar lo importante que es ser ‘normal’, no destacar. La trama se centra en la vida de Charlie Spring (Joe Locke), un alumno gay que se enamora de su compañero de clase Nick Nelson (Kit Connor), quien conoce en el aula cuando se sienta a su lado en el primer día de instituto. También explora la vida de Tao (William Gao), Elle (Yasmin Finney), Tara (Corinna Brown) y Darcy (Kizzy Edgell).
En segundo lugar, porque nos trae una nostalgia del primer amor adolescente en un tono romántico, esperanzador y hasta dramático. Y, así es, el recuerdo nos llega a través de esta pareja homosexual, porque no importa el género en el que te identifiques. En una relación tan intensa como la de Charlie y Nick también se puede ver reflejado cualquiera.
Por último, explica una historia muy natural y auténtica sobre una relación que va más allá de la amistad y de los prejuicios existentes de la misma escuela. También, nos acompaña en un viaje de autodescubrimiento y aceptación. Todo esto, en la etapa adolescente, una época difícil, llena de cambios y el momento en el que comienza uno a definirse a sí mismo.
Charla por la semana del Orgullo
El pasado 28 de junio del 2022, el Grupo Planeta organizó en Barcelona una charla relacionada con la historia de esta serie como parte del #Orgullo2022. Bajo el título de “Ojalá yo hubiera tenido un ‘Heartstopper’ cuando iba al instituto”, se celebró en la Librería Byron, no muy lejos del centro de la ciudad.
Los invitados de esta reunión fueron Bob Pop (escritor), junto a Noemí López Trujillo (periodista especializada en el género) y Javier Giner (director, guionista y escritor). Desafortunadamente, la Covid-19 sigue acechando y la tomó con Bob Pop. El escritor dio positivo y solo pudo comunicarlo al público mediante un video improvisado. De todos modos, nos seguía en directo por streaming y pudo participar con algún comentario que enviaba desde el móvil.
Los referentes que nunca tuvimos
El tema con el que abrieron la charla fue la polémica que se creó con el beso de dos lesbianas en la nueva película de Disney, Lightyear. El problema que ven los ponentes es que los personajes imitan los roles heterosexuales tradicionales. Porque da la sensación de que el colectivo únicamente aparece asimilando la hetero-norma o como un cliché de caer en las drogas, las cuentas de Tinder, etc. Defienden que debe de haber una narrativa en medio que refleje a todas aquellas personas que no siguen este perfil.
“Mi generación tenía ausencia de estos referentes. Por lo que estas escenas o historias como Heartstopper, salvan vidas. Es un terreno muy oscuro y es necesario que haya relatos para estas personas. Tienen el derecho de saber que ahí fuera hay personas que pasan por lo mismo.” Javier Giner
Lo que les ha dado Heartstopper es “el cuento de hadas que nos faltó”, continuó. Se comentó que, hasta la fecha, las series pro-LGTBI hacían sufrir a los personajes de manera muy traumática. Transmitían un mensaje sobre el camino que deberían afrontar aquellos que crecen en el colectivo, marcado por el dolor y sufrimiento. “Es como si nos saltáramos la parte romántica y nos fuimos directamente a la parte donde sufrimos”, concluyó Javier.
El autodescubrimiento del colectivo LGTBI
Otro tema del que se habló fue la formación de la identidad de una persona LGTBI. La mayoría de las series y películas que tratan este tema reflejan unos roles que no son reales o están muy generalizados. “De alguna manera te están quitando la posibilidad de descubrir quién eres”, explica Noemí López.
La periodista también comentó sobre Heartstopper que era de las pocas veces que “no les robaban al personaje bisexual”. Este grupo se siente bastante apartado del colectivo, pues los hombres bisexuales no son “lo suficientemente hombres” y las lesbianas acusan a estas mujeres de que “se acuestan con el ‘enemigo’ porque no somos lo suficiente para ellas”. Este tema también dio mucho juego en la conversación, ya que se comentó la opresión por la que pasa el colectivo, tanto de las personas homófobas como las que forman parte del mismo grupo. Javier añadió que “el hombre gay es hombre y está atravesado por el patriarcado. Igual que en las mujeres. Hay como una barrera entre ellos y ahora hay una pizca de esperanza de lograr que se unan en un colectivo total”.
Además, otro asunto que también dio mucho de sí fue la evolución del colectivo homosexual en el ámbito audiovisual. Pasan de ser representados como monstruos o enfermos a ser perfectos y que nunca se equivocan. También se utiliza mucho el comodín del matón del instituto, que es un gay reprimido y sufrió la pederastia de un padre que también ocultó su orientación sexual. La sexualidad es un espectro mucho más complejo del que se muestra “pero es difícil explicarlo porque no existen las herramientas necesarias para hacerlo”, comentó Noemí.

Conclusión
El colectivo LGTBI sigue teniendo un rango de representación muy limitado. Sin embargo, historias como las de Heartstopper permite ver que aún hay esperanza. Despierta interés en conocer que hay más allá de la imagen generalizada que se da de este grupo. Porque las etiquetas no reflejan la identidad de cada uno. Tampoco es una “fase” que atraviesa una persona en su momento de autodescubrimiento. No es malo que una persona se sienta atraída por alguien de su mismo sexo ni del distinto a la vez. Estos avances permiten que los niños de entre 12 y 13 años empiecen a experimentar con su orientación sexual, que se hagan preguntas y que se les permita confundirse. “Lo bueno que tiene la generación actual es que no solo tienen la oportunidad de enamorarse siendo jóvenes, sino también la oportunidad de experimentar desamor”, comentó Bob Pop por mensaje en el directo.
En caso de que os interese, ya está disponible el primer tomo de Heartstopper por Amazon.
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