The Last of Us lo ha vuelto a hacer. Ha conseguido que todo el planeta esté hablando del nuevo episodio. Y no precisamente por su perfecta adaptación, de hecho por lo contrario. Se ha saltado todas las normas, lo predecible y lo establecido para ofrecernos el que será recordado como uno de los mejores capítulos de la historia de la plataforma y de la televisión.
Un capitulo centrado en el amor. ¿Sabéis ese momento en el que conocéis a una persona que consigue cambiaros para siempre? Esa persona que consigue romper todos vuestros esquemas y convertirse en alguien muchísimo mejor. Esa persona que ve todo el potencial que tenéis y del que no erais conscientes. Pues de esto trata este capitulo de The Last of us.
Expandiendo el universo
El capitulo comienza sin un prologo determinado, simplemente encontramos a una sarcástica Elli que está picando constantemente a Joel. Un Joel que todavía sigue sin digerir todo lo que acaba de pasar en el episodio anterior pero que pese a todo ese dolor trata de seguir adelante, de reorganizarse, armarse y explicarle a Elli como se expandió el brote durante los primeros días y cómo la gente de las zonas rurales fue la que realmente peor lo paso.
Cómo en tan sólo unos pocos días pudimos pasar de un mundo tranquilo y feliz al mas absoluto caos. Disfrutamos de la pareja durante varios minutos y vemos como realmente cada vez, aunque no lo parezca, se van llevando un poquito mejor y aceptando las diferencias entre ellos.
Pero lo importante de este capítulo es que estamos ante un episodio que rompe absolutamente con todo, tanto con el videojuego como con las series y películas de supervivencia. Y que en sólo un día ya ha hecho historia.
BILL Y FRANK
Tras estos pequeños minutos viajaremos en el tiempo y volveremos a los instantes de la expansión del brote y veremos cómo la pandemia afectó a las zonas rurales. En este caso hablamos del pueblo de Lincoln que está ocupado por Bill, interpretado por Nick Offerman. Un superviviente que tras ver como todos sus vecinos eran evacuados a campamentos de reubicación se hace con el control del pueblo convirtiéndolo en una fortaleza.
En este momento la calma y la tranquilidad que Bill había logrado asegurar en el pueblo queda interrumpida por Frank. Interpretado por Murray Bartlett. Un hombre que sólo quería llegara hasta Boston pero que se topa con las inteligentes trampas y barreras de Bill.
Es en este momento donde todo cambia y vemos como un hombre solitario, desconfiado y un poco paranoico tiene también su gran corazón. Veremos como pasan los años en pareja y como forman un dúo romántico en un mundo caótico y como las ideas de uno acaban rompiendo el frío hielo de la personalidad de otro. Cómo el paranoico se acaba volviendo romántico y acepta las ideas nuevas del otro. Esa burbuja se acaba rompiendo y el mundo de Bill se acaba expandiendo. El amor entre ellos les cambia por completo las vidas alejándoles de todos los problemas y del brote.
En el videojuego no vivimos absolutamente nada de todo esto, simplemente conocemos a Bill, que ayuda a Joel y Elli con el tema del coche y descubrimos dónde acabó Frank, quien a ojos del juego fue un simple compañero. Por lo que haber podido disfrutar de algo así es realmente maravilloso. No estamos ante un capitulo de relleno hecho con el fin de alargar la serie ni estamos ante un capitulo pasteloso, estamos ante un capitulo que expande el universo de la mejor forma que podría haberlo hecho.
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