Dirigida por Adrián Silvestre (Sedimentos, Los objetos amorosos), Mi vacío y yo ha triunfado en numerosos festivales nacionales e internacionales. Tras estrenarse mundialmente en el Festival Internacional de Rotterdam, el film participó en el Festival de Málaga, donde fue galardonado con la Biznaga de Plata Premio Especial del Jurado y logró el Premio Maguey en la 37ª edición del Festival de Cine Internacional de Guadalajara.
El guion está firmado por Carlos Marqués-Marcet (Los días que vendrán), Adrián Silvestre y Raphaëlle Pérez, quién además protagoniza la película interpretándose a sí misma. Algo habitual en el director, en sus películas, Adrián Silvestre trabaja con intérpretes naturales a partir de sus propias vivencias, explorando los límites entre la realidad y la ficción. Los Objetos Amorosos, su ópera prima, tuvo un extenso recorrido por festivales internacionales y obtuvo numerosos premios como el FIPRESCI, en el Festival de Cine Europeo de Sevilla y el Premio RIZOMA.
SINOPSIS
Raphi es una persona joven, andrógina y algo naif. Escribe poemas sobre príncipes azules y sueña con enamorarse.
De su Francia natal se traslada a Barcelona, donde los intentos de mantener relaciones con otros chicos le provocan ansiedad. Raphi pide ayuda en la Unidad de Género del Hospital Clínic, donde le diagnostican disforia de género (una discordancia entre la identidad de género sentida y el sexo asignado al nacer).
Raphi comenzará una forzada transición de género, así como un arduo viaje para encontrar su verdadera identidad. Los hombres que conoce a través de aplicaciones, las mujeres trans de I-Vaginarium, los médicos, sus compañeras de trabajo, los artistas queer y la compañía de teatro en la que se embarca le darán sus propios consejos, pero solo el tiempo y la experiencia vital ayudarán a Raphi a vislumbrar el camino que realmente quiere tomar.
REFLEJANDO LA CRUDA REALIDAD
Esta no es una película agradable de ver, quiero decir, normalmente las historias que vemos en el cine o en la televisión están deformadas, adaptadas para que en cierta manera estén alejadas de la realidad, lo suficiente para que no nos sintamos atacados o del todo identificados. Pues Adrián Silvestre con Mi vacío y yo ha pretendido (y logrado ) todo lo contrario. Estamos ante un filme que tiene escenas crudas, violentas, reales. Todo, por mostrar con absoluta certeza lo que viven todos los días hombres y mujeres que pasan por una disforia de género. Además, el cineasta ha tenido la fortuna de tener a su vera con el trabajo de guión a Raphaëlle Pérez cosa que le ha dado aún más veracidad a la historia.
ENTRE EL DOCUMENTAL Y EL LARGOMETRAJE
Es muy atrevida la forma en la que se plantea la película. El estilo narrativo entre el documental y la ficción que caracteriza la obra de Silvestre, captura la realidad de las personas trans, sus inseguridades, dudas y desafíos identitarios. El como juega con las cámaras a veces tomando planos como de cámara oculta mostrandose a sí mismo como un mero espectador de la realidad que tantas veces no se muera. Barcelona, sus calles, sus luces, su noche es su set de rodaje y los que la habitan sus actores en esta historia a veces ridícula, a veces exagerada pero siempre veraz.
MI VACÍO Y YO
En conclusión, estamos ante una apasionante historia que busca, que exige la emancipación y empoderamiento de un colectivo marginado y despreciado. La belleza de la película es real porque no llega a ser pretenciosa, no busca ser algo que no es, sino todo lo contrario, se muestra tal y como es.
Mi vacío y yo se estrena en cines el próximo 9 de septiembre.
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