La vida padre es una comedia protagonizada por los ganadores del Goya Karra Elejalde (Ocho Apellidos Vascos) y Enric Auquer (Vida Perfecta). Está dirigida por Joaquín Mazón (Cuerpo de Élite) y escrita por Joaquín Oristrell (La Tribu). Una cinta de corte familiar y una historia digna de una Estrella Michelin. ¿La habrá conseguido?
SINOPSIS
Mikel, un joven y ambicioso chef, recibe la visita inesperada de su padre, desaparecido hace treinta años. En un momento crítico para el futuro de su restaurante, Mikel deberá hacerse cargo del alocado e imprevisible Juan, un verdadero huracán de vitalidad que pondrá a prueba todas sus ideas sobre la cocina y la vida.
UN MAL ENTRANTE
Vamos a tratar esta crítica como si fuera un menú de tres platos. El entrante, la base, el principio, me temo que tengo que suspenderlo. Pues a pesar de que la idea me parece muy original, todo lo que la envuelve (la crítica a lo pretenciosa que es la alta cocina, la historia de amor…) lo defino con la frase «más de lo mismo». Además me resulta imposible empatizar con el protagonista y su desarrollo, si no fuera por Karra Elejalde y su excelente interpretación, la película sería insalvable.
UN BUEN PRIMERO QUE PUDO SER EXCELENTE
No es original ni es interesante pero creo que esta película, la historia que cuenta habría dado mucho más de sí en formato de serie de televisión. En las casi de dos horas de película encontramos demasiadas elipsis sobre los treinta años que el personaje de Karra ha estado desparecido. Por encontrar, he encontrado hasta dos fallos de raccord; primero dicen que él desapareció hace veinte años y al final de la película dicen que fueron treinta. Y al principio de la película el personaje del crítico (que tiene hasta su momento Ego, Ratatouille) dice que volverá al restaurante el viernes 24 y en otra escena la alarma suena y dice que es jueves 20 de septiembre, en fin, cosas. Insisto, creo fervientemente que toda esta trama llevada a serie de televisión habría resultado mucho más rica, muy en la línea de Pequeñas Coincidencias.
UN SEGUNDO CON SABOR A NORTE
Qué bonito es Bilbao…Pues lo mejor de la película son las localizaciones de la ciudad norteña. Sus calles, la ría, sus mercados, sus edificios. El director de fotografía ha sabido captar tanto la esencia de la ciudad en la actualidad como su reflejo distorsionado y oscuro que vivió en la década de los 90. Esto sumado a la dulce banda sonora de Vicente Ortiz Gimeno (Cuerpo de Élite) hacen que disfrutes mucho de la historia. Los chistes son fáciles (El chiste «Parezco madrileño» me ha hecho soltar una enorme carcajada), la comedia de corte familiar y busca constantemente la lágrima, a veces, la consigue.
Quitando a Karra, el protagonista Enric Auquer, deja mucho que desear, de hecho en ciertos momentos me dan ganas de odiarlo. Pero encontramos muy buenos secundarios, destacar especialmente los papeles de Megan Montaner y Lander Otaola. Me hubiera gustado saber más de ellos pero al final ella no pasa del interés romántico y él del hermano eclipsado.
POSTRE DE FAMILIA
En conclusión. La vida padre es una película que gustará a todos los públicos. Porque sí, gustará, a pesar de que tenga sus cosas y la critique, el resultado final, ese postre es súper dulce. Le auguro un buen primer fin de semana de estreno y quizá alguna nominación a los Goya, sobre todo a los técnicos.
La vida padre se estrena en cines el 16 de septiembre.
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