Ha llegado a la gran pantalla, West Side Story, dirigida por el gran Steven Spielberg. Pero antes de hablar de esta nueva versión, viajemos al pasado para hablar de la película original.
Prólogo
A lo largo de la historia del cine hemos sido testigos de un gran número de películas musicales basadas en musicales preexistentes. Desde los clásicos Sonrisas y Lágrimas, Cabaret o Grease hasta producciones más actuales como Tick, Tick…Boom!. Pero si ha habido una adaptación que ha trascendido entre generaciones, esa es West Side Story.
Con música de Leonard Bernstein y letras de Stephen Sondheim, se trata de una adaptación moderna de la obra de Shakespeare, Romeo y Julieta, que cambia Verona por el Nueva York de mediados de los 50 y a los Capuleto y Montesco por los Jets y los Sharks.
Estrenada en 1961, esta adaptación tenía en su reparto nombres estelares como Natalie Wood o Rita Moreno fue candidata a 11 premios Óscar y ganó 10, incluido el de mejor película, consiguiendo así el récord de victorias para una película musical.
Ahora, sesenta años después, el afamado y galardonado cineasta Steven Spielberg se ha enfrentado al reto de volver a adaptar este musical respetando a la película original y su tratamiento pero haciendo ligeros cambios para darle su sello personal. Una nueva adaptación que ha contado con la batuta del gran Gustavo Dudamel para grabar la banda sonora.
También forman parte del equipo el compositor y director de orquesta nominado al Oscar, David Newman (Anastasia), que revisó la partitura de Bernstein para la nueva adaptación; la compositora ganadora del Tony Award, Jeanine Tesori (Broadway’s Fun Home y Thoroughly Modern Millie), quien trabajó con el elenco en las voces; y el supervisor musical nominado a los Grammy Matt Sullivan (Beauty and the Beast, Chicago), que ejerció como productor musical ejecutivo de la película.
Una libre adaptación
Una de las clásicas reglas que solemos olvidar es que el término remake no implica que la nueva versión deba ser exactamente igual que su predecesora. Y es que los fans más puristas de West Side Story encontrarán un gran número de diferencias respecto a la versión de 1961. Pero que quede patente que eso no la hace peor o mejor, sólo diferente y especial.
Busca las diferencias
¿Qué diferencias? La más notable es el cambio de género en el personaje de Doc, esta vez es Rita Moreno la que asume el papel de mentora de Tony encarnando el personaje de Valentina. Un cambio que me parecía bien hasta que decidió «robar» una de mis canciones favoritas, somewhere para hacerla totalmente suya. Hay otros personajes que sufren cambios, por ejemplo, Chino de los Sharks pasa de ser un chico tímido y apocado a ser un completo pardillo.
Una diferencia que hizo saltar a más de un espectador fue el recorte en la canción América, el, posiblemente, tema más conocido de West Side Story sufre un tijeretazo muy notable, aspecto que no gustó.
Hay otras dos escenas gravemente alteradas, la primera es la que Riff habla con Tony sobre el baile. En la película original Riff acaba convenciendo a Tony para asistir al baile, este último le cuenta que tiene la sensación de que una chica le espera a la vuelta de la esquina y Riff le dice que igual la encuentra en el baile. En la versión de 2021 Riff no consigue convencer a Tony y este decide acudir por su cuenta.
La otra escena es un poco más adelante, en la versión de 1961 es Tony quien acuerda los términos de la pelea en la tienda de Doc mientras que en la versión actual es Riff el que acuerda todo en el baño del gimnasio.
Otro aspecto que me ha llamado especialmente la atención es que aquí los personajes se muestran mucho más violentos. En el clásico de 1961 lo original es que bailaban en vez de pegarse y nunca llegaban cruzarse la cara como tal, aquí predominan los puños sobre los pasos de baile.
Algo que si que me ha gustado, y mucho, es el tratamiento que ha hecho Spielberg sobre el Nueva York de West Side Story. Convirtiendo a la ciudad y su gente en un personaje más. Los números de baile hacen participe a sus calles y a los vecinos, restándole fantasía a la película pero de forma acertada.
Emoción y belleza
Más allá de todas las diferencias que podamos encontrar queda claro que estamos ante una muy buena película. Spielberg muestra una vez más todas sus dotes que han hecho que amemos su forma de dirigir convirtiendo cada escena en un momento único y emotivo logrando que en ciertos momentos nos olvidemos que existe una anterior West Side Story.
La fotografía es excelente gracias esos tonos vintage de cámara de carrete que impregnan la película. El vestuario es impecable y la orquestación, perfecta.
En cuanto al casting encontramos un elenco predominantemente desconocido, cosa que me gusta, a excepción de Ansel Elgort (Tony), Rita Moreno (Valentina) y Ariana DeBose que encarna, con una interpretación de Óscar, al personaje de Anita, añadir que a DeBose ya la vimos cantar y bailar de forma excepcional en la película The Prom (Netflix).
En general todo el elenco se defiende con matrícula de honor logrando emocionar en cada canción.
West Side Story llega a la gran pantalla el día 22 de diciembre.
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