Hablamos de la serie más comentada de los últimas semanas: El juego del calamar (‘Squid Game’), producida por Netflix y que ha conseguido mundialmente la fama. Vamos a contarte sin spoilers sus claves y por qué tiene todos los ingredientes para ser la serie que no podrás sacar de tu cabeza.
¿DE QUÉ TRATA?
Se nos presentan múltiples personajes asolados por deudas y con muchos problemas personales y familiares.
Gente que tendrá que enfrentarse a peligrosos juegos (escondite inglés, las canicas o tirar la cuerda) cuyo premio económico puede hacer que la vida del ganador cambie por completo, o morir en el intento de las formas más horribles posibles.
El juego del calamar es un divertimento violento y sádico que no descuida la profundidad hacia sus personajes, crees en sus problemas y las muertes las sientes cuando ocurren. Todo ello es gracias al excelente guion que construye muy bien todas las tramas, haciendo que converjan los géneros del thriller, el policíaco, la acción, el drama duro y hasta el terror, una mezcla habitual en la ficción coreana.
LAS REFERENCIAS
Los monos rojos recuerdan a la serie La Casa de Papel, las máscaras a Eyes Wide Shut de Kubrick, las pruebas y su violencia nos traen recuerdos de la saga SAW o Cube, pero la mayor referencia es Battle Royale y todo ese género alrededor de ella. Tanto la película japonesa como su manga han inspirado a Los juegos del hambre así como a videojuegos como Fortnite o PUBG, siendo esta serie otro ejemplo más.
VALORACIÓN FINAL
Lo surcoreano está en auge, desde la música K-Pop al cine recordando el puñetazo en la mesa que dio Bong Joon-ho con la oscarizada Parásitos, incluso han dejado más cintas de culto como Tren a Busan de Yeong Sang-ho (ojo al cameo que hace su protagonista en la serie), El extraño de Na Hong-jin y Oldboy de Park Chan-wook, ahora es el turno de las series y Netflix en su apuesta por productos que sean auténticas bombas en la plataforma.
EN CONCLUSIÓN
El juego del calamar es algo muy sólido y bien manufacturado, con un buen uso de la música y el sonido, un apartado técnico y visual de altura (especial atención a esas escaleras con inspiración de Escher), grandes actores que hacen unas poderosas actuaciones, una violencia y sadismo muy gráficos que no es costumbre en las producciones actuales pero también como ya hiciera Parásitos, una gran metáfora sobre quiénes están arriba y quiénes abajo, y a lo que tienen que recurrir los de abajo para tan siquiera mirar a los de arriba.
Porque sí, la clave de la serie es la crítica social, por mucho que su vehículo sean unos «juegos para niños», el escalar socialmente gracias al dinero será la máxima de los protagonistas, que sacan lo peor o lo mejor de sí: El que es bueno será aún mejor y el lobo con piel de cordero terminará por sacar las garras. Y aun con todo, no hay personaje principal que no esté compuesto por muchas capas.
En resumen, una grandísima serie de la que no podrás deshacerte hasta terminarla. Problema: Que deja muchas preguntas sin resolver y eso probablemente lo hablemos en otra ocasión.
Esta tanda de 9 episodios, sin segunda temporada confirmada aún, se encuentra disponible en Netflix.
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