La nueva película del cinco veces ganador del Oscar Alejandro G. Iñárritu; Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades llegará a Netflix el 16 de diciembre (4 de noviembre en cines). El proyecto más personal del aclamado director mexicano está protagonizado por Daniel Giménez Cacho, Ximena Lamadrid, Andrés Almeida, Rubén Zamora, Fabiola Guajardo, Griselda Siciliani y Meteora Fontana.

Sinopsis
Silverio, un reputado periodista y documentalista mexicano afincado en Los Ángeles, tras ser nombrado ganador de un prestigioso premio internacional. Se ve obligado a regresar a su país natal, sin saber que este sencillo viaje le llevará a un límite existencial.
La locura de sus recuerdos y temores han decidido atravesar el presente. Llenando su vida cotidiana de una sensación de desconcierto y asombro. Con emoción y abundantes risas, Silverio se enfrenta a cuestiones universales y a la vez íntimas sobre la identidad, el éxito, la mortalidad, la historia de México y los vínculos familiares profundamente emocionales que comparte con su mujer y sus hijos. En definitiva, lo que significa ser humano en estos tiempos tan peculiares.

Muy buenas ideas y una dura crítica
La película trata muchas ideas, las cuales son críticas bastante fuertes hacia el capitalismo de Estados Unidos. La más puntual es la compra de baja california por parte de una empresa que es una representación del capitalismo y el sueño americano, Amazon. Por otro lado también aprovecha para hablar de cómo son tratados los mexicanos allí y cómo son vistos. Aprovecha para hablar del colonialismo y la tradición cultural del país.
Hay puntos que son interesantes y más desarrollados hubieran sido un enfoque interesante dentro del metraje. Pero al final se queda en una performance constante con buenas ideas que no tienen ningún desarrollo, solo las tiran a la cara del espectador con un toque de surrealismo e intentan que pienses que son profundas e interesantes. Aunque realmente se quedan banales e inconsistentes, rozando la superficie de lo que realmente puede ser un problema real.La resolución a todos estos temas no deja de ser el cambiar de tema o «despertarse» de un sueño. Lo cual en el metraje sólo tenemos una exposición del problema no nos ofrecen una posible solución ni se la espera. Todo esto hace que la trama se sienta inconclusa, cadente de sentido dentro del sinsentido y simplemente vanal intentando ser filosófica.

¿Una historia autobiográfica?
Para desarrollar correctamente este párrafo tenemos que hablar de su autor y director Alejandro G. Iñárritu.
El director mexicano Alejandro G. Iñárritu ha tenido varios éxitos en Estados Unidos con películas cómo Birdman o The Revenant, la cual le otorgó un Oscar.
Su vida es muy paralela a la de Silverio. Ambos son artistas de éxito, los yankees les premian y alaban, además que viajan a México, su país natal, y allí en cierto modo son a veces unos extraños. Además el director en varias entrevistas ha dicho que aunque es un honor ganar el Oscar, después la vida sigue. Tienes que continuar y eso no te va a ayudar en tus relaciones familiares ni en tus estados de ánimo salvo en el momento del premio que estás contento y orgulloso.
Hay varios puntos de la película que entendiendo esto tienen mucho más sentido. Podemos ver cómo vive el autor de la mano de Silverio. Cuenta la historia de una manera no lineal, porque a veces la vida no es lineal, vienen las cosas de improvisto aunque finalmente si tienen un recorrido. De hecho esta película es más circular que lineal. El surrealismo se justifica con el inconsciente, con la forma de ver las cosas y la representación de miedos y sentimientos que se materializan dentro del metraje.
Es una visión muy personal con mucho que quiere decir el autor y una visión alta de si mismo. Se permite en un momento hasta hablar con Cortés sobre el colonialismo imponiendo su visión frente a la del mismo contra Cortés.
Una Joya técnica
Esta película es una joya técnicamente hablando. Sí, he criticado el guión y desarrollo de la trama porque pienso que las ideas que expone y defiende se quedan solo en la superficie aunque sean interesantes. Pero eso no quita que técnicamente esta película sea una obra maestra.
El metraje tiene un ritmo tosco y pesado que hace que los minutos se te hagan horas en varias ocasiones. Pero cada plano es digno de admiración.
Utilizan todo tipo de planos y técnicas. Jugando muy bien con el cambio de plano, el uso de los movimientos de la cámara y la iluminación. En general el director ha sabido jugar perfectamente con la visión de los espectadores y con el movimiento de la cámara.
En cuanto al espacio sonoro y la banda sonora. Es de diez, jugando con el estéreo y reverberación para colocar los sonidos en diferentes espacios, atreviendose a hacer cosas que pocas veces se oyen en pro de hacer más envolvente el metraje. Sin duda poco que criticar en este aspecto.
No todo es oro. La pata que cojea en la parte técnica es el uso del CGI, sobre todo en una parte donde se ve un bebé y se nota demasiado en esa escena que todo es CGI al igual que en la escena inicial.

BARDO, falsa crónica de unas cuantas verdades
En resumen, tenemos una obra personal casi autobiográfica del propio director, con toques surrealistas y filosóficos. Trata temas muy interesantes y se centra en las relaciones familiares y la vida en México en comparación con la Estadounidense y la forma que tienen estos de ver a los mexicanos.
Pero la película se vuelve tediosa y largar, aunque pasan muchas cosas y no paras, se vuelven pesadas y cuesta disfrutarla. Las ideas son buenas, pero a visión personal creo que se podían haber desarrollado más.
Si que es una obra muy ambiciosa donde el director lo ha dado todo con un trabajo técnico espectacular.
Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades llegará a Netflix el 16 de diciembre y el 4 de noviembre en cines.
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